martes, 21 de enero de 2014

la herencia de Don Giovanni


Elvira caminaba sin rumbo por el paseo del Prado. Las lagrimas que inundaban sus ojos a penas le dejaban ver mas allá de sus pies.
-cuidado¡¡ mira por donde vas.
ni un lo siento, salio de su boca hacia ese transeúnte al que casi arrolla en su huida.
hui si huir, no podia hacer otra cosa.

Ramon la habia citado en el prado con un escueto mensaje de teléfono: el prado planta 0 sala 61 a las 16:30.

Desde que se habían conocido una tarde lluviosa de primavera en esa sala admirando los dos en profunda soledad a Doña Juana la loca ante el sepulcro de su esposo. Había nacido en ellos una relación muy carnal. 


Ramón un hombre adulto de 44 años que vivía en la soledad de su piso y llenaba su aburrida vida de funcionario del estado con la visión de las obras del arte de el museo del prado y las mujeres. 

Eran un Don Juan del siglo XXI. Nunca se planteo ninguna relación seria para el las mujeres eran seres hermosos y pasionales.
Elvira era una rareza, una joven hermosa atada a una relacion amor odio con un joven de su barrio. Del que no era capaz de librase, por miedo a su mano ligera. por miedo a la soledad.
Ramón dejo de observar el cuadro para fijarse en Elvira y como una araña empezó a tejer su tela pues ya había escogido victima ahora solo tenía que hacerla caer en su trampa.
-es hermoso verdad.
-sí, lo es.
-es la primera vez que te veo por aquí.
No suelo venir muy a menudo, hoy esta lluvia me pillo desprevenida y este es un buen lugar para refugiarse.

Ramon viendo que responde a sus preguntas se levanta de su banco y se sienta al lado de ella.
-que crees que siente Juana al ver a su esposo muerto?
-bueno supongo que pena. Sería lo normal
-estaba loca.
-de amor,
-crees en el amor?
-si
-por que ?
-bueno es evidente está en todas partes. Romeo y Julieta, los amantes de Teruel. Inés de Castro y Pedro. Porque lo preguntas tu no crees en el ?
-bueno, digamos que no tuve ocasión.
Según dice esto Elvira lo observa de arriba abajo y piensa que problemas tendrá un hombre tan apuesto como él para encontrar el amor. Ramón lee el pensamiento de Elvira. Y piensa se está acercando a la trampa. Hora de sacarla de aquí. Su voz  sensual y melodiosa rompe el silencio de la sala.
-Te apetece tomar un café
-claro no estaría mal aun siento el frío del chaparrón.


En el momento en que gira corriendo hacia la cuesta del Moyano una dura lluvia cae sobre ella. Diluyendo su lagrimas y confundiéndolas con agua. Y en esos momentos piensa "la lluvia te trajo a mi la lluvia te aleja de mi "

Habia conocido al lado de Ramón la verdadera pasión. Jamás pensó que el sexo pudiera ser tan placentero. Sabia como tener contenta a una mujer. Cenas románticas. Baños con velas, regalos, detalles y mas detalles que consiguieron que lo amara como no había amado a nadie. Ni siquiera a su actual pareja Manuel su novio de barrio al que no había abandonado a pesar de estar con Ramón. Ahora que había conseguido el valor en los brazos de el para dejar a Manuel. Para plantearse una vida al lado de otro hombre, alguien que la trataba bien, que era dulce y sensual, tierno y cariñoso, alguien que no la amenazaba. Ahora que todo parecía tener un futuro hermoso. Se desvanece como el humo de un cigarro.
No puede más, está agotada de correr, la cuesta y su llanto entrecortado y ahogado le están pasando factura. Se apoya en uno de los arboles que adornan la calle y justo en una de las casetas de libros de segunda mano. Ve algo que reclama su atención.
Un gran cartel de una sesión de opera; Don Giovanni
Que oportuno piensa y en dos zancadas se planta delante del cartel y le grita como si el tuviera la culpa
-Don Giovanni, puto Don Giovanni. Que dejaste tu herencia en los hombres.
El librero atónito observa a la mujer desquiciada  sin decir nada. Elvira al verse observada. Huye avergonzada hacia el parque del Retiro.
Que será de su vida sin esa pasión, que será de su vida sin Ramón. La había dejado plantada delante del cuadro de Juan la loca. Y ahora la loca era ella. Ahora sabía que sentía Juana "dolor por el amor perdido"




               Por: Irene Adler


Quien era Don Giovanni? : http://es.wikipedia.org/wiki/Don_Giovanni

Opera entera subtitulada en españolhttp://youtu.be/nV1yNgiEvIQ

miércoles, 15 de enero de 2014

El lado izquierdo de la cama


Hacia 20 años que había nacido un pasión en el fondo de sus corazones. Pero ninguno de los dos dijo nada, se vieron durante tres meses, se observaron, ella cada día se enamoraba mas de el perdiéndose en sus ojos azules. Soñaba estar a su lado. Pero ella era una niña de provincias de 19 años y él un chico de 28 con otras expectativas en la vida y una mujer.
Los años pasaron y no volvieron a verse. Ella lo recordaría siempre, lo buscaría en otros hombres ,esperando encontrar algo de él en cada uno de ellos. Pero el era único. nunca hallaría nadie como él.

Una tarde de invierno paseando por el barrio del Born vio un cartel que anunciaba una docena de  conferencias de arte que se darían en el  Gran hotel Princesa Sofía. Ese cartel fue como un imán para Caterina. 
Él le había enseñado todo lo que sabía de arte sacra y pintura del renacimiento. 
Busco entre la lista de ponentes  y como no allí estaba EL. Habían pasado 20 años desde su última conferencia en España. 
Hacia 20 años se había enamorado y ahora sabía que tenía que acudir a esa conferencia tenía que verlo.

En las ultimas butacas se escondía Caterina tímida, observadora de la progresión de ese hombre. Al que amo, al que amaba. 
Los años habían blanqueado sus rubios cabellos y quizás la buena vida en la  Emilia-Romagna había echo que ganara unos kilos.
No tubo valor para dirigirse a el al final de la charla a si que se dirigió a la barra de la cafetería y en una servilleta anoto; "soy Caterina de Barcelona llámame 658 083948"
                       Te telephone Tamara de Lempicka

Se dirigió de nuevo a la sala de conferencias y se encontró con un botones en la puerta al que le entrego la nota.


-por favor podría entregar esto al Sr. Bernard?

 - si señorita.

El botones se dirigió con paso diligente hacia Bernard que charlaba de forma amigable con tres de los ponentes.

-Señor Bernard esto es para usted.
-gracias.

Sorprendido Bernard desplegó la servilleta y su cara palideció. 
Era ella!! estaba allí!! Pero donde?

-Bernard has visto un fantasma?.
-casi Miguel, casi.

Y sin más explicaciones se dirigió hacia el botones.

-Donde está la señorita que le entrego esto?
-se ha marchado señor.
-Caterina....

Su nombre sonó como un susurro y en su mente se formaron imágenes de un pasado. 
Como estaría ahora? La recordaba joven y provocadora con sus minifaldas, a las que tanto le costaba resistirse, esas largas y eternas piernas. Tenía que verla tenía que llamarla. 
No lo pensó dos veces. subió a su habitación y desde allí marco el numero con dedos temblorosos, estaba nervioso como un adolescente. 
Que le diría? con quien estaría ella ahora? Dos tonos, tres, cuatro y....

-sí?
-Caterina?
-si soy yo.
-soy Bernard

Un silencio se apodero de la línea telefónica. Recuerdos, pasiones, amores denegados, y más sentimientos latían en el pecho de Caterina.

-Caterina?
-Bernard cuanto tiempo.
-mucho Caterina, mucho, tenemos que vernos y ponernos al día. Qué te parece sí quedamos hoy a las 5 aquí mismo en la cafetería del hotel. Puedes?
-claro será un placer verte de nuevo.

Miles de crisálidas rompieron su caparazón para danzar en el estomago  de Caterina.



Todo fue tan sencillo, como pedir los cafés, se contaron sus 20 años de vida en 20 minutos. 
Bernard agarraba la mano de Caterina. Como si tuviera miedo a que ese pájaro volara de nuevo.
El se encontraba atado a un matrimonio del que ya nada se podía esperar más que broncas continuas y ella se había emparejado hacia un par de años. Los dos olvidaron sus vidas y sus compromiso por unas horas.
 Bernard le confesó su amor y ella a él. Caterina no se lo podía creer. él la amaba, la amaba¡¡ 
Detrás del café llego una cena al día siguiente, aprovechando que la pareja de Caterina no se hallaba en la ciudad. Y entonces ocurrió.

-me gustaría que te quedaras conmigo esta noche Caterina.
-no sé si estará bien.
-el no lo va a saber, te deseo Caterina.

El se fue  acercando mas a ella, pero Caterina le torció la cara como si quisiera escapar de algo que ya de por si era inevitable.
La beso y ella lo rehuyó, en su cuerpo había una lucha de principios. Su corazón contra su cerebro racional. Pero su amor por Bernard era más fuerte que cualquier convicción. Simplemente se dejo llevar hacia sus tiernos labios, hacia su cama.
Se amaron como jamás lo habían hecho en su vida. Y en esos momentos pensaron que seguramente eran las personas más felices del planeta.
Dispuestos a dormir el uno en el abrazo del otro Caterina se coló en el lado derecho de la cama por que ella siempre dormía  en ese lado. Pero un travieso Bernard la desplazo al lado izquierdo de la cama.

Por Irene Adler



Nota: esta historia con el cuadro de la habitación de Safet Zec como protagonista está dedicado a todos aquellos que tuvieron la suerte de amar de verdad. A Bernard por ser el  sueño de una noche.  

La traición de Muireann


Londres 1863 diciembre


Muireann camina por San James envuelta en su gruesa capa camino de la sombrerería donde trabaja. El frio de diciembre convirtió las eternas lluvias Londinenses en nieve helada. El suelo es una mezcla de hielo y agua sucia resbaladiza que parece calar por el zapato y ascender por sus piernas. La luz cálida de la tienda a lo lejos le parece un foco reconfortante ante el frio exterior. Hoy no debería ir, estuvo toda la noche preparando tocados y sombreros para las damas londinenses. Pero son unas fechas tan especiales y su jefe le pidió que fuera. La clientela estaba siendo abundante y como no, hoy se repetía la afluencia de damas y caballeros buscando sombreros, ya sea para poner o para regalar

El tintineo de la campana de la puerta al abrirse y aparecer Muireanm fue un alivio para el dueño de la tienda que parecía hundido en un mar de cajas mostrando sombreros a hombres y mujeres que cada uno reclamaba su atención egoístamente. Un golpe de aire le arrebato la capucha de la capa nada más entrar dejando su pelo rojizo de herencia Irlandesa al descubierto. Un hombre que esperaba paciente su turno en un sofá la observo perplejo. Ese ovalo perfecto en la cara con esas mejillas sonrosadas por el frio y cubiertas por los cabellos rojizos y rebeldes que se había desprendido de su recogido. Parecía una Ofelia salida de uno de los cuadros de sus precursores prerrafaelistas; Everett Millais. Como director de la National Gallery y pintor había admirado muchas veces esos cuadros cargados de realismo, esos rostros de ninfas hadas, sirenas. El tenia su reto personal, como los prerrafaelistas admiraba el medievalismo quizás por el miedo que suponía ver los cambios que estaba sufriendo su Londres victorianos. Quería inmortalizar a su Ginebra y su Lancelot. Y ella seria Ginebra

-Muireann atiende a Sir William Burton.
-buenas tardes señor en que puedo ayudarle.
-quisiera.....quisiera un tocado para mi señora. Algo discreto a poder ser en tonos claros.
-Ahora mismo señor le muestro lo más novedoso
Mientras Muireann desempaquetaba  delicados tocados Sir Willian pensaba como podía abordarla y pedirle que fuera su modelo, su Ofelia. La tienda no era un buen lugar.
-que le parece este señor, en tonos marfil.
-oh¡ perfecto, podría envolvérmelo por favor,
-claro
Con sus delicadas manos empaqueto el tocado y se lo ofreció al caballero.
-Podría traérmelo al carruaje que me espera fuera.
Era una petulantería lo sabía, el paquete no pesaba pero fue la única forma que se le ocurrió para sacarla de la tienda.
Cuando estaban delante del carruaje Sir Willian se giro y la miro a los ojos. Muireann se sorprendió ante esa mirada escrutadora.
-como se llama?
-Muireann,
-hermoso nombre mi abuela se llamaba a si, era Irlandesa
-yo también lo soy.
-Muireann desearía pedirle un favor, no se asuste no es nada indecoroso
Podría posar usted un día para mi, quisiera hacer un cuadro y usted tiene todo lo que deseo en ese rostro.
-bueno señor no sé si mi esposo lo aprobaría, es algo rudo por decirlo de alguna manera y no sé si entrara a razones.
-no tiene por que saberlo, pásese mañana por la National Gallery y pregunte por mi le expondré los motivos del cuadro y se lo piensa.
Muireann vio como se alejaba el carruaje en la fría noche. Estaba sola desde que se había casado por expresa petición de su padre con ese hombre veinte años mayor que ella, se sentía sola en el mundo, sin pasión sin anhelos y ahora le ofrecían ser una musa. Podía ser divertido, pero él no lo podía saber. El rudo quesero no podía saberlo.

Al día siguiente Muireann acudió a su cita y Sir Willian le conto la historia de Ginebra y Lancelot. Y lo que el quería lograr en el cuadro.
 El sentimiento de culpa en sus personajes pero también un amor innegable y puro.
La puerta del despacho se abrió y tras ella aparecieron dos hombres. El mayor portaba una cámara de fotos, el más joven llamo la atención de Muireann. Era  hermoso y de constitución atlética.
-padre ya estamos aquí
-que bien Frederick, ya estamos todos, señorita Muireann aquí tiene a su Lancelot.
El joven se acerco a Muireann y le beso la mano ella se incorporo para saludarlo y los dos quedaron perdidos el uno en la mirada del otro para siempre.
 Sir Willian había conseguido unas ropas medievales y los dos jóvenes se habían cambiado. No salía de su asombro eran tal cual lo deseaba él. Dos rostros delicados. Lo que no sabía Sir Willian es que con esa foto y ese cuadro acababa de forjar un amor prohibido, una pasión, una traición.
La traición de Muireann hacia el quesero
Por; Irene Adler

Nota: http://es.wikipedia.org/wiki/Hermandad_Prerrafaelita

Pasiones entre telas




Entre sabanas arrugadas yacía una prostituta boca abajo y con las piernas entre abiertas dejando ver lo mas intimo de ella. entre los rizos de su pubis sus dedos se movían de forma experta para darse placer. Lo hacía porque él se lo había pedido.
Se había situado a los pies de la cama lápiz en mano y con su bloc de dibujo. Quería captar la esencia de la mujer eso que no ven los hombres pero que si intuyen  cuando yacen con ellas. cierran los ojos para adentrarse más en su profundidad y poder sentir como lo hacen ellas, como gozan, como sienten.
mientas con trazos suaves esboza el placer en el papel, siente como los gemidos de la mujer aumentan y con ellos su erección. quiere desahogarse pero lo ara después. primero quiere dejar la sensualidad en el papel.
la prostituta no consigue apenas mitigar sus ansias de placer, un pequeño manoseo con dedos agiles en su miembro erecto, hace que estalle pero no es suficiente sigue sintiendo arder sus ingles. quiere estar dentro de ella, de Emili. la prostituta es solo un juego de arte y sexo. Emili es su amada, su compañera.
    


Con paso urgente atraviesa las calles de Viena hacia el taller de costura que Emili posee en la calle Ungargasse numero 39. son seis kilómetros pero está acostumbrado a andar lo hace todos los días antes de pintar es su forma de encender motores.
Emili se encuentra en su taller admirando las nuevas telas que le acaban de llegar. colores dorados con rectángulos negros y ocres, mas telas doradas con círculos concéntricos cada uno de un color alegran las telas de lo que serán los trajes nuevos de la élite vienesa. la puerta de su taller se abre de golpe. tras ella su amado compañero.
-Gustav¡¡ me has asustado¡¡ pasa algo?.
-podría decirse que si Emili.
y sin más palabra la arrastra a la habitación privada
-estamos solos?
-si
-esperas a alguien?
-no
Emili sorprendida por la misteriosa entrada de Gustav aun esta perpleja mirando para él con dos de las telas nuevas en la mano.
-perfecto
y sin decir nada más se abalanza sobre ella y la deposita sobre la mesa donde suele diseñar los patrones de sus vestidos.
Emili se deja llevar es pasional, arrebatador, sabe lo que le espera, oleadas de placer en sus manos expertas.
después de los juegos se dejan caer en una alfombra de flores que preside el suelo de la habitacion y Gustav se adentra en ella para sentir las paredes de su sexo rozar contra el suyo es lo que mas le gusta la plenitud de estar dentro de ella sentir su calidez su humedad que lo recibe. siente su deseo como crece a cada movimiento y eso lo excita mas. Emili está en la cima  y rompe en gritos el silencio del taller. Gustav no puede aguantar y la sigue. verla a ella gozar es demasiado. extasiados descansan los dos juntos sobre la alfombra con los cuerpos desnudos, hasta que el frío de Viena se mete en su piel. Gustav estira un brazo y alcanza las telas nuevas. le entrega a ella una de coloridos círculos y el se abriga con otra. los dos de rodillas uno en frente del otro Emili enroscada en la tela y el cubriéndose los hombros la envuelve a ella con la suya también atrayendola hacia sí y besándola tiernamente. un espejo de pie le devuelve a Gustav la imagen de los dos.
la imagen de; "El Beso"

por: Irene Adler

Nota: Gustav klim estaba emparejado con Emili Floge diseñadora de moda. se sabe que tenia una vida sexual activa pero que la mantenia en secreto.

martes, 14 de enero de 2014

La sonrisa de la Mona Lisa


Firenza 1503

Lisa Gherardini se movía con paso ligero entre las Callejas de Florencia que unían Su casa con la basílica de Santa Maria Novella a la que acudía desde hacía un mes todas las mañanas a la misma hora escoltada por sus dos damas de compañía. Tenía que rezar por su alma pecadora. Tenía que reza para que la vida naciera en ella.

Lisa provenía de una familia de la aristocracia de Florencia venida a menos. Se había casado muy joven a la edad de 15 años con el mercader, Francesco De Giocondo.
Habían esperado varios años antes de poder concebir un  hijo. Ahora  llevaban tres años intentándolo pero su vientre se negaba a alojar vida alguna. Su marido había empezado a increparla con duras palabras solicitando un heredero para su imperio mercantil. 
Lisa se sumía cada día más en la desesperación. Sabía que su esposo había repudiado a su anterior mujer por no darle herederos. Ella no quería ser repudiada. Ella lo amaba y quería darle ese heredero. 


El día en que su periodo mancho las sábanas de la alcoba Francesco volvió a la carga con sus duras palabras hacia Lisa, pero esta vez  le había impuesto un plazo de 5 meses para darle un heredero, si no lo conseguía sería repudiada y Lisa no podía permitir que eso pasará. Ella pertenecía a una de las familias más nobles de Firenze.  
Entre llantos y vigilia  paso la noche pensando cómo podía solucionarlo. 
Decidió que a primera hora iría a ver a su mejor amigo y confesor Leonardo el sabría decirle que hacer.


-esperadme aquí. Dijo Lisa a sus damas.
Empezó a subir la escalinata que conducía al estudio de Leonardo. Un olor a aceites y pinturas la iba invadiendo. Le gustaba, era un aroma familia que le proporcionaba tranquilidad. 
-Leonardo ??
- si sube. Oh Lisa, mi mona Lisa. Cada día estas más hermosa. Pero ?? Q veo en tus ojos ? Lágrimas?

Lisa contó lo sucedido a Leonardo.
-Lisa el fallo puede estar en el.
-si lo pensé yo tan bien. Pero eso el no lo va a aceptar.
-Que hago Leonardo?
-esta claro Lisa. Dale un hijo.


-Leonardo. Yace conmigo y líbrame de esta incertidumbre. Si quedó en cinta sabré que el problema es de él pero no diré nada. yo no seré repudiada y el tendrá su hijo.


-mi Lisa ,mi mona Lisa. Leonardo se había acercado al sillón donde lisa estaba sentada y le acarició el rostro. El de pie atrajo su cabeza hacia su vientre donde lisa rompió en sollozos.
-me pides mucho. Pero te adoro y Por ti mi mona lo haré.

Habían pasado dos meses desde ese día y Lisa no había manchado las sábanas más con su periodo. Estaba en cinta sus pechos habían aumentado y su apetito había cambiado ya podía contárselo a Francesco. 
De camino a las estancias de su esposo pensó en la ironía de su salvación. Él era el infértil el era el que debería ser repudiado. Pero lisa lo amaba con toda su alma y purgaría su pecado de infidelidad con sus rezos matutinos.
La noticia fue de una alegría enorme.
Mi bella esposa pídeme lo que quieras y te lo daré decía Francesco.
-amado esposo quisiera hacerme un retrato.


Y habéis elegido artista para que bosqueje tan hermoso rostro?
- si esposo,Leonardo Davinci.
-un poco caro esposa mía pero que a si sea.
A la mañana siguiente Leonardo fue llamado a casa de los Giocondo.  Franchesco estaba ausente y fue recibido por la señora de la casa Lisa Giocondo.

pasad y sentados amigo tenemos que hablar
-señora
-para ti el padre del hijo que Espero sólo soy Lisa, tu mona lisa y tu eres Leonardo el artista que me va a retratar. Mi amigo


Y mientras Lisa posa sentada con la espalda erguida y las manos sobre un vientre lleno de vida sonríe pícara y traviesa a Leonardo, por el secreto que los une.


por; Irene Adler